Si bien el escenario económico parecía estar tomando fuerza y se estimaba una expansión de hasta un 0,5%, el último Imacec arrojó una contracción del 0,9% en la actividad, considerando los últimos doce meses. Esto crea un contexto hostil para las startups, que están ganando cada vez más fuerza en el mercado, pero que, sin duda, deben enfrentar una serie de desafíos financieros.
Para lograrlo, es importante que las startups implementen medidas preventivas, como la gestión de riesgos crediticios. Esta práctica les permitirá analizar los riesgos asociados a los cambios económicos y anticipar posibles dificultades financieras. A través de un análisis riguroso, podrán evaluar y tomar distintas precauciones, salvaguardando así su salud financiera, minimizando las pérdidas y manteniendo relaciones comerciales sólidas. Adoptar un enfoque proactivo en la gestión de riesgos crediticios desde las etapas iniciales de desarrollo es crucial para estar mejor preparados y enfrentar los desafíos económicos actuales.
Asimismo, al operar de manera globalizada, donde las alianzas y el networking son fundamentales, las startups podrían enfrentar riesgos en relación con las personas y entidades con las que se involucren. En este sentido, la gestión de riesgos crediticios puede resultar de gran ayuda al permitirles identificar y evaluar los riesgos específicos asociados con cada cliente, proveedor o inversor, brindándoles la posibilidad de tomar decisiones informadas respecto a su contraparte.
Un contexto como este también puede llevar a las startups a buscar alternativas para obtener recursos económicos, más allá de las rondas de inversión o los fondos públicos. La adecuada gestión del riesgo juega un papel fundamental al solicitar apoyo financiero a los proveedores de crédito, dado que con frecuencia las startups se enfrentan a dificultades para acceder a estos debido a su tamaño, falta de historial crediticio o ausencia de garantías. Al poseer una capacidad sólida y transparente para manejar el riesgo de crédito, pueden aumentar sus posibilidades de obtener préstamos en condiciones favorables.
Es fundamental integrar medidas como estas y asegurarse de que los cambios no perjudiquen a las startups, tomando en cuenta que podrían afectar directamente la capacidad de solvencia de la empresa y, por ende, su crecimiento y desarrollo. Esta contracción, sumada a la inflación y los cambios en el mercado laboral, puede generar incertidumbre y volatilidad en el entorno empresarial. Al evaluar y anticipar los riesgos asociados con el contexto, las startups pueden tomar medidas preventivas y buscar más oportunidades de crecimiento en un entorno donde actualmente desempeñan un papel muy importante.
David García, director de gestión de riesgo crediticio de Solunion