La inteligencia artificial (IA), así como el desarrollo de aplicaciones inteligentes, sin duda alguna,
son las tendencias que dominan el escenario TI. De hecho, según Gartner, de aquí a 2026, más del
80% de las empresas habrá utilizado API’s o modelos de IA generativa, democratizando su
conocimiento y habilidades.
Ya somos testigos de que las aplicaciones inteligentes, enfocadas a la automatización de los
procesos, tienden al mejoramiento y optimización de la productividad, lo cual seguirá
perfeccionándose, precisamente gracias a la IA y el aprendizaje automático, entregando
experiencias cada vez más dinámicas, flexibles y adaptativas.
En el caso puntual de los ERP, la mayor tendencia se dirige hacia la interoperabilidad de los
sistemas, una suerte de evolución hacia un verdadero ecosistema digital de gestión, con
soluciones simples y escalables, capaces de integrarse a otros sistemas externos que, mediante
API’s, enlacen y automaticen el traspaso de información entre la solución y las plataformas
externas de clientes y proveedores, como bancos, instituciones financieras, sistemas de
calificación de mora, e-commerce, marketplaces, sistemas inmobiliarios y mucho más, lo que
permitirá a las empresas aumentar su productividad y eficiencia de manera significativa.
Ahora bien, la IA también es clave para la interoperabilidad y avance de estos ecosistemas
digitales, por ejemplo, a través de modelos predictivos que utilicen datos históricos, como ventas y
documentos tributarios, para apoyar a las empresas en sus controles de inventario y poder
mejorar sus ventas.
No obstante, la proliferación de la IA en este ámbito también implica importantes desafíos. Entre
ellos, la ciberseguridad, una normativa o marco regulatorio adecuado y la formación de talento
capaz y certificado que pueda no solo desarrollar aplicaciones inteligentes e interoperables, sino
que siga avanzando en todas las oportunidades que esta tecnología puede entregar.
Por Diego González, CEO de Defontana