• Vie. Sep 13th, 2024

Casa Khuyana creó un espacio lúdico para los niños que reciba en el hospice pediátrico que ha construido, el cual es el primero de Perú y el tercero de Latinoamérica. Sus servicios se enfocan en una perspectiva de derechos, para brindar cuidado integral, contención y la mayor normalidad posible a niños con diagnóstico médico terminal

El juego en la vida de los niños es fundamental para fomentar su socialización, su desarrollo como persona y el conocimiento del mundo. Para aquellos que tienen un diagnóstico médico terminal no es diferente. Por eso, Casa Khuyana, que construyó el primer hospice pediátrico de Perú, trabaja para crear espacios lúdicos y una atención integral que respete y promueva los derechos de cada niño que lo visite. En el Mes de la Niñez, pone el foco en que puedan vivir cada día de su vida con el mayor bienestar y plenitud posible.

Entre los 3300 metros cuadrados que componen el hospice pediátrico hay un espacio que funciona como ludoteca y biblioteca, para que los niños que reciben cuidados paliativos pediátricos puedan disfrutar de la cualidad por excelencia de la niñez: jugar. Con colores, libros, juguetes y computadoras, podrán estimular su imaginación e interactuar con sus pares, familiares y el equipo de Casa Khuyana. 

Sabemos que atraviesan un trayecto muy trascendental del que tienen información según su edad y posibilidad de comprensión, y nos comprometemos con brindarles la mayor normalidad posible para que puedan transitar sus días con amor, armonía y momentos de diversión, con alivio del sufrimiento físico y los  síntomas propios de la enfermedad a partir del tratamiento interdisciplinario que ofrecemos”, explicó Mónica Pfeiffer, fundadora y directora general de Casa Khuyana.

En América Latina y el Caribe, entre 25.000 y 75.000 niños y adolescentes con diagnóstico médico terminal requieren cuidados paliativos cada año, según la Organización Panamericana de la Salud. “Algunos tienen una expectativa de vida más corta y otros más larga, pero finalmente, son niños. Hay que adaptarse a la etapa de desarrollo en la que ellos están viviendo. Pueden ser bebés que necesiten la compañía y la estimulación de su mamá, o niños más grandes que disfrutan de actividades como pintar o jugar con rompecabezas«, planteó Virginia Garaycochea Cannon, médica pediátrica, magister y capacitadora en cuidados paliativos pediátricos.

El poder de jugar

Garaycochea destaca que el juego y la interacción lúdica no sólo son esenciales para el desarrollo infantil, sino también para ofrecer una sensación de normalidad y alegría en medio de las dificultades. «Para los niños, el juego es una forma de conectarse con el mundo y con las personas que los rodean. Pintar juntos, jugar con plastilina o simplemente compartir momentos de risa ayuda a hacer que su vida, aunque breve, sea lo más rica y plena posible”, consideró.

Esa función por excelencia de jugar cobra mayor sentido cuando es en un espacio agradable y al aire libre, en vez de un lugar más crudo como puede ser un centro de salud tradicional. Esa es una de las diferencias más grandes entre un hospital y un hospice pediátrico: este último es un espacio que brinda cuidado médico integral y atención interdisciplinaria en un escenario ameno. Casa Khuyana ofrece un entorno verde y energético como es el Valle Sagrado de los Incas, en Cusco. 

Una de las decisiones que más nos enorgullece es que aquellos niños que se encuentren en su habitación y por su situación no puedan levantarse de la cama, podrán salir con ella a ver el sol y la vegetación de nuestro espacio. Adaptamos cada habitación para que tengan acceso directo  al jardín y las camas se deslicen con ruedas hasta el exterior. Son detalles que marcan una gran diferencia para que el proceso final de vida sea  lo más esperanzador posible”, sostuvo Pfeiffer. “Este tipo de entorno ayuda incluso a controlar síntomas angustiosos, ya que los pequeños están distraídos y rodeados de cariño», resaltó, en tanto, Garaycochea, que es asesora  del Comité Técnico de Casa Khuyana.

Todos los días

Es crucial recordar que la atención paliativa pediátrica no solo se trata de gestionar el dolor y los síntomas de la enfermedad, sino de enriquecer cada momento de vida con amor, cuidado integral  y dignidad. Casa Khuyana marca un hito en los cuidados paliativos de Perú por ser el primer hospice en recibir a niños con diagnóstico médico terminal y a sus familias, y brindarles servicios de forma gratuita, financiados gracias a las donaciones de toda la comunidad. 

Su misión se enmarca en reconocer, garantizar y promover los derechos de los niños, a quienes entiende como sujetos y no como objetos. Mientras propone la empatía y la compasión para quienes los acompañan y cuidan en este trayecto tan trascendental, entiende la importancia de la escucha, la alegría del juego y la compañía a cada niño en el proceso final de vida. 

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Acerca de Casa Khuyana

Es una asociación civil sin fines de lucro de cooperación internacional, que creó el primer hospice pediátrico de Perú y el tercero de Latinoamérica. Funciona como un hogar donde se brindan cuidados paliativos pediátricos y acompañamiento médico, emocional, social y espiritual a niños con diagnósticos médicos terminales y sus familias.

La organización se fundó en 2021 y en la actualidad trabaja en la construcción de sus instalaciones de más de 1400 metros cuadrados, en un terreno de 3330 metros cuadrados en el Valle Sagrado de los Incas, Cusco, Perú.
Sitio web:https://casakhuyana.org/

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